martes, 10 de abril de 2012

Un campamento no deseado

Había una vez una niña llamada Marina. Era pelirroja, de pelo hasta los hombros y casi siempre llevaba un moño. Era alta, delgada y de ojos grandes y verdes. Tenía nueve años. En vacaciones de verano se fue de campamento a Mallorca. Ella esperaba que fuese muy agradable, pero no fue así. Ese campamento, era un campamento militar. No había ninguna chica aparte de Marina, por eso se dio cuenta de que era un campamento de chicos. Cada día tenía que hacer muchas pruebas duras que odiaba, por ejemplo: tener que pasar por una cuerda áspera sin guantes y por debajo todo lleno de plantas carnívoras. Pero si no lo hacía dormía fuera, sin mantas, con mucho frío y miedo. Pero al saber cual era el castigo, ella hacía las pruebas por muy duras que fuesen. ¡Ese campamento no era para ella! Al día siguiente el desayuno solo era un poquito de leche y una galleta. En vez de hacer juegos en grupos, les obligaban a hacer cien flexiones. El monitor del campamento les obligaba a llamarle general Pirn. ¡ERA UN HORROR! Además les mandaba ponerse un uniforme de camuflaje que a Marina le parecía muy feo. Un día al oír que su madre le decía: ¡Marina, despierta que vamos a llegar tarde para coger el autobús del campamento! Entonces Marina se dio cuenta que todo había sido un sueño, ¡un sueño de un campamento no deseado! 


Texto: Rebeca Díez García. 
Decoración: Alba Nájera Martínez.

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