sábado, 28 de abril de 2012

El reino del bien y del mal

Hace mucho tiempo, allá en tierras desconocidas, existían dos reinos. Estaban separados por un río. Uno era el reino del mal, y en él vivía un malvado rey, que todo lo que tocaba quedaba destruido. Mientras, al otro lado del río se encontraba el reino del bien. Un reino en el que todo era hermoso, paz, los pájaros cantaban desde el amanecer… Un día Lucifer, el rey del reino del mal, se quedó pensando que por qué no podían pasar el río e ir a atacar el reino que su hermano gobernaba, así que les atacaban sin pasar el río. 

Ese mismo día Ángela la mujer del rey del reino del bien empezó a pensar que hasta cuando iban a seguir atacándoles. Lucifer mandó a tres súbditos suyos a buscar información sobre aquel río sagrado. Encontró que hace cientos de años los gobernantes de los reinos del bien y del mal eran hechiceros. Uno conjuró el río para que no pudiera pasar al reino del bien ninguno de sangre fría. El otro (el gobernador del reino del mal) también conjuró el río pero este para que ninguno de corazón noble pudiese pasar a su reino. 

Siguió buscando y encontró un libro con un escudo que le resultaba familiar. El suyo no era porque no eran dos espadas cruzadas sino, dos manos agarradas. ¡Era el escudo del reino del su hermano! La mano derecha de Ángel, el rey del reino del bien, le dio una hoja en la que estaba el escudo del reino de su hermano. En él había escrito un conjuro para que todas las personas fuesen de corazón de oro. Él lo pronunció en voz alta pero en vez de que su hermano y sus súbditos fuesen buenos él se convirtió poco a poco en malo. Lucifer ojeó el libro y había el mismo conjuro que en la hoja que tenía su hermano pero al revés, (es decir para que todos se volviesen malos). Como él había puesto un conjuro trampa a su hermano decidió no arriesgarse y no lo leyó.

Ángela descubrió el hechizo trampa de Lucifer e intentó buscarle una cura pero no la encontró. Ángel estaba cada vez más cambiado. Ya cambiado del todo, Ángel (que ya se sabía lo de sus antepasados), deshizo el conjuro que el gobernador del reino del bien había hecho. Ángela no se dio por vencida aunque sabía que si su marido a su hermano se unía, el reino del bien ya no existiría. Buscando y buscando encontró una foto en la que los dos hermanos eran felices. Entonces salió del reino se puso enfrente del río sin pasarlo y pronunció con fuerza: ¡DE DERECHA A IZQUIERDA DEl DERECHO O DEl REVÉS QUE POR FAVOR TODO SEA COMO SIEMPRE FUE! El hechizo funcionó, Ángel volvió a su estado normal y Lucifer y sus súbditos se volvieron buenos. Y no solo eso el río desapareció y los dos reinos se unieron en uno y fueron felices y comieron perdices. 


 Rebeca

miércoles, 18 de abril de 2012

Una niña escritora

Hoy me he enterado de una gran noticia muy sorprendente para mi: 
una niña española de nueve años llamada Raquel ¡ha escrito un libro que se vende! el título es "La lista maldita." 
No se vosotros pero yo me lo quiero leer.  
Cuando me entere de más cosas os las cuento

Rebeca  

viernes, 13 de abril de 2012

La muñeca de Claudia

Claudia es una niña de Ibiza con los ojos verdes, el pelo marrón, de 6 años y amante de las muñecas y del patinaje sobre hielo. Tiene una colección de muñecas impresionante. Tiene dos hermanos gemelos llamados Manolo y Manuel. Sus padres están divorciados y ella y sus hermanos viven con su madre. Claudia le tiene mucho cariño a una muñeca en especial a la que llama Vanesa. Vanesa tiene el pelo moreno, los ojos color marrón pardo, casi siempre va con una ropa como de domingos: un vestido verde clarito, unos zapatos blancos y un lazo en el pelo. Claudia o es una niña normal, tiene el poder de convertir a un ser sin vida en un ser vivo. En el colegio no tiene amigos ni amigas, porque no se creen que tenga poderes mágicos. Un día Claudia decidió convertir a su muñeca Vanesa en humana. Se puso muy contenta al ver que por fin tenía una verdadera amiga humana. Como Vanesa no tiene muchos conocimientos, cuando Claudia se va al colegio Vanesa se queda en casa. Un día le preguntó: ¿A dónde vas todos los días de entre semana? Y Claudia le contestó: Al colegio. Y le explico todo lo que es el colegio y que se hace. Entonces Vanesa le dijo a Claudia que quería ir con ella al colegio. Claudia le pidió a su madre (Que también era maga) que le hiciera inteligente a Vanesa. Su madre aceptó. Al día siguiente en el colegio las “amigas” de Claudia, reconocieron la cara de Vanesa enseguida porque a ellas también les encantaban las muñecas. Vieron que Vanesa no se separaba de Claudia, entonces se dieron cuenta de que Claudia les había dicho la verdad, tenía verdaderos poderes. Hablaron con Claudia y Vanesa y se hicieron todas amigas, y además gracias a Vanesa se hicieron todas populares. Y colorín colorado este cuento se ha acabado y espero que te haya gustado.


Rebeca 

martes, 10 de abril de 2012

Un campamento no deseado

Había una vez una niña llamada Marina. Era pelirroja, de pelo hasta los hombros y casi siempre llevaba un moño. Era alta, delgada y de ojos grandes y verdes. Tenía nueve años. En vacaciones de verano se fue de campamento a Mallorca. Ella esperaba que fuese muy agradable, pero no fue así. Ese campamento, era un campamento militar. No había ninguna chica aparte de Marina, por eso se dio cuenta de que era un campamento de chicos. Cada día tenía que hacer muchas pruebas duras que odiaba, por ejemplo: tener que pasar por una cuerda áspera sin guantes y por debajo todo lleno de plantas carnívoras. Pero si no lo hacía dormía fuera, sin mantas, con mucho frío y miedo. Pero al saber cual era el castigo, ella hacía las pruebas por muy duras que fuesen. ¡Ese campamento no era para ella! Al día siguiente el desayuno solo era un poquito de leche y una galleta. En vez de hacer juegos en grupos, les obligaban a hacer cien flexiones. El monitor del campamento les obligaba a llamarle general Pirn. ¡ERA UN HORROR! Además les mandaba ponerse un uniforme de camuflaje que a Marina le parecía muy feo. Un día al oír que su madre le decía: ¡Marina, despierta que vamos a llegar tarde para coger el autobús del campamento! Entonces Marina se dio cuenta que todo había sido un sueño, ¡un sueño de un campamento no deseado! 


Texto: Rebeca Díez García. 
Decoración: Alba Nájera Martínez.

Niños y escuela

Homo Consumus

lunes, 9 de abril de 2012

Dentro del videojuego

Había una vez, y mentira no es, una niña llamada Natalia a la que le encantaban los videojuegos. Ella tenía el pelo castaño, la piel muy pálida y los ojos marrón pardo.
Su mejor amiga llamada Lorena era todo lo contrario a ella, es decir, era rubia, tenía la piel morena y los ojos azul cielo ¡Era como un ángel!

Una noche, Natalia y Lorena cenaron juntas y convencieron a sus madres de quedarse a dormir en casa de Lorena. Pero Natalia no creáis que se iba a quedar una noche entera sin sus videojuegos, fue a casa, los cogió y se los escondió en el bolsillo pequeño de su mochila y se fue a casa de Lorena.

Estuvieron toda la noche jugando, hasta que vino el padre de Lorena y les obligó a meterse a la cama. A la mañana siguiente ya no estaban en casa de Lorena sino en el mundo de Mario BROS el juego favorito de Natalia. Al principio se preguntaban que donde estaban pero al cabo de un rato Natalia se dio cuenta de que estaban en su juego favorito.
Lorena, que nunca había jugado, no sabía por donde ir así que seguía a Natalia. Fueron mundo tras mundo hasta llegar al mundo 5 donde se atascaron pero como tenían vidas infinitas salieron con vida hasta llegar al mundo final (el mundo 8)
Lorena se asusto mucho porque el gran mounster les había metido en su castillo y les había encerrado.
Tardaron tres días en salir de la jaula, pero lo importante es que salieron del castillo, pasaron el nivel y encontraron uno aún mas grande que era el castillo final.
Natalia todavía no se había pasado el castillo, y auque no os lo creáis fue Lorena quién les sacó del apuro. Nada más derrotar a mounster salieron del videojuego.
Natalia le dio mil veces las gracias y a partir de ese momento, auque había vivido una gran aventura, reconoció que si no llega a ser por su amiga Lorena no habría salido del videojuego. Así que dejó por un tiempo su obsesión por los videojuegos y se prometió a si misma que no volvería a hacerlo. 


Ideas: Alba, Irene L., Carmen, Irene T., Rebeca